Parábolas y lecciones metafóricasTodos nos esforzamos por darle a nuestra vida un sentido. Puesto que estamos hechos de tiempo, dicho sentido es necesariamente un sentido narrativo.
Las religiones son el ejemplo más extremo de la influencia de las historias, pero no necesitamos ir tan lejos para constatar su peso y trascendencia. Las sociedades se modifican constantemente por influencia de las historias civiles, ideológicas, tecnológicas, sociológicas, etcétera: los gobiernos suben y caen, las leyes se aprueban o se rechazan, las mentalidades cambian, y detrás de todo esto casi siempre hay historias en competencia. Las civilizaciones serían inimaginables sin las historias que las han modelado. La literatura, las historias, las metáforas son un cúmulo de experiencia humana que está a nuestra disposición. El sentido que le encontramos a nuestra propia existencia emana siempre de una fuente narrativa.
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“Vivimos en un mar de historias y, al igual que, según el proverbio, el pez será el último en descubrir el agua, tenemos nuestras propias dificultades para entender lo que significa nadar en un mar de historias”.
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