Acumulación de conocimientosNo podemos elegir nuestros genes, ni nuestros padres, ni la condición social en que nos ha tocado nacer. Pero sí podemos elegir nuestros hábitos. Los hábitos son nuestra segunda naturaleza, nuestra naturaleza elegida.
Es notable la fuerza que tienen nuestros hábitos. Por eso nos cuesta tanto trabajo romper nuestros malos hábitos. Por eso nuestros buenos hábitos nos dan alas, hacen más amplio nuestro mundo y mejoran las posiblidades de que nos vaya bien en nuestras vidas. "Tomó al hombre, obra de naturaleza indefinida y, habiéndolo puesto en el centro del mundo, le habló de esta manera:
-Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una prerrogativa peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerrogativa que conscientemente elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves. La naturaleza definida de los otros seres está constreñida por las precisas leyes por mí prescriptas. Tú, en cambio, no constreñido por estrechez alguna, te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he consignado. Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que son divinas." Giovanni Pico della Mirandola, Oración sobre la dignidad del hombre (1468) |
"Nada de lo que da la civilización es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Sólo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde."
Libros y lecturas
|